Hoy; ya ayer, se ha caracterizado por haber atendido a más pacientes de
reparto de otros compañeros ausentes, que mios propios. En estas
circunstancias es cuando puedes apreciar las diferencias con las que
ejercemos nuestra profesión cada uno de nosotros. Unos son más
minuciosos en la cumplimentación de la historia clínica, otros más
preocupados por el gasto en general, un buen numero huyen de asumir los
trastornos mentales como de la peste. Son algo más jovenes en general y a pesar de llevar años en atención primaria, dado que su formación ha sido básicamente hospitalaria, sobre todo ligada a medicina interna, siguen buscando el diagnóstico brillante incluso donde es más que improbable encontrarlo. Los pacientes, sobre todo los que llevan muchos años con el mismo médico, también son diferentes, ya sea por la impronta que deja en ellos la forma de conducir la consulta el facultativo o que, por el dicho de "Dios los cria y ellos se juntan", con el tiempo se van redistribuyendo por los distintos cupos y, al final, cada médico suele tener los pacientes que se "merece" y viceversa. Alguno de estos pacientes se sorprenden de tu forma de enfocar su problema, como si les estuviera atendiendo un médico que hubiera venido del espacio sideral; para bien o para mal. Con esto no pretendo ni mucho menos juzgar la competencia de mis colegas, tal vez soy yo el que más "méritos" reune para ser juzgado. De lo que estoy hablando es del estilo, que a la hora de la verdad es lo que hace que un paciente se decante más por uno u otro facultativo en la libre elección de médico. Pero no era de eso de lo que quería hablar hoy sino de una de esas famosas ventanitas puñeteras con mensajes mortificantes. Y lo hago hoy porque este ha sido el día en que por diversas circunstancias más veces y más seguido he tenido que soportarla. Me refiero a esa que aparece cuando vas a prescribir a un paciente por primera vez un IBP (inhibidor de la bomba de protones) que no sea el omeprazol, que además, para mayor escarnio, aparece por duplicado; una detrás de otra. Este tipo de mensajes siempre me ha parecido denigrante, ofensivo y molesto por demás. Aun asi, pudo tener cierto sentido en su momento, pero a estas alturas, cuando está probado que en algunas circunstancias es imperativo prescribir cualquiera de los "vetados" en lugar del omeprazol parece como mínimo producto de la inercia, la dejadez y el absurdo. Por no hablar de que, una vez salvado el escollo de prescribirlo, el fármaco queda marcado con un triangulo parecido al de "material radioactivo", como si hubieras cometido el peor de los desastres. Triangulo que puede ser rojo, amarillo o verde, supongo que dependiendo de las estaciones meteorológicas (es broma). Como ya he ido anunciando, me queda menos de un año para jubilarme. Llevo sufriendo el mensajito unos diez años. En todo este tiempo no ha servido para disuadirme de hacer la prescripción que creo más correcta. Tampoco me ha servido para aprender nada que no supiera ya, recurriendo a la página web que me sugieren... para que me enseñen. Primero porque no me he molestado en entrar en la misma jamás y segundo porque, de haberlo hecho, con la de veces que me han remitido debería haberlo aprendido ya. Incluso puede llegar a molestar a los facultativos-economos, mucho más contumaces con las directrices del ahorro a toda costa que la propia administración, en los que podría causar un efecto negativo y de rechazo a sus propias convicciones por revanchismo. En la segunda ventana el argumento supuestamente disuasorio aludiendo a la diferencia de precios es ridiculo, porque dichos precios están desactualizados y cada vez se encuentran a menos distancia uno de otros. En otras palabras, el puñetero mensajito reiterativo hasta la saciedad parece no cumplir otra función que dar por... ahí una y otra vez. ¿Sería mucho pedir que, como regalo de despedida a un futuro jubilado, retirara; aquel a quien corresponda, las dichosas ventanitas con sus mortifcantes absurdos mensajes? Gracias por adelantado. |
Como el Sganarelle de Moliere, los médicos de atención primaria funcionamos a palos; y asi nos va.
04 agosto, 2017
10º de 365. Lo "mejol" el omeprazol
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