15 agosto, 2013

Ojos de España



   Los ojos, a menudo tema central del acervo popular, cobran especial protagonismo en la letra de innumerables canciones. En el mundo hispano el negro de los ojos de la mujer morena es glosado insistentemente por encima de todo el espectro colorimétrico. "Malagueña salerosa"; "Yo vendo unos ojos negros"; "Esos ojitos negros"; "Ojos verdes son traidores"; son algunos ejemplos de canciones de exito en su momento al uso.

   De entre todas ellas destaca especialmente Ojos de España (Spanish eyes). Canción de 1965 con una curiosa historia. Nació como una composición puramente instrumental —"Moon over Naples"— de manos del alemán Bert Kaempfert a la que más tarde le añadieron letra los norteamericanos Charles Singleton y Eddie Synder, cambiandole el nombre por el definitivo "Spanish eyes", convirtiendose en un exito hasta alcanzar el puesto 11º en las listas de USA, y vendiendo miles de copias en la versión con la voz del italoamericano Al Martino. La canción fue también un gran exito en 1967 en España, en la voz del misterioso Kuldip, de origen hindú y, por cierto, estudiante de medicina en Madrid. Volveremos sobre el tema de los "Ojos de España" más adelante.

   El primer "medicamentazo" de 1993 en general fue justo y necesario y los facultativos en general agradecimos librarnos de la, hasta entonces, tediosa labor de largas discusiones con los usuarios para convencerles de la no necesidad, cuando no de la inutilidad o peligrosidad, de determinadas porquerias (que me perdone la industria).

   Hubo, no obstante, algunas notables ausencias en las listas de exclusión; que hemos tenido que soportar —y algunas aun soportamos— muchos años después y, asimismo, injustas exclusiones con criterios basados en el ahorro indiscriminado o ciertas conveniencias politicas.

   Pongo por ejemplo los antigripales; fármacos como mínimo del mismo valor paliativo que los analgésicos, los antiinflamatorios o los ansiolíticos. No todas las asociaciones fijas de principios activos son igual de inconvenientes, y además es dudoso que su desfinanciación haya supuesto ahorro de ningún tipo. En sustitución de estos —y dado que los germenes no han atendido a razones, cesando en su absurdo empeño de seguir produciendo catarros, enfriamientos y gripe; a menudo con caracter de epidemia— habitualmente hemos tenido que prescribir por separado los mismos o similares componentes que los conforman con el incremento del tiempo de consulta, del numero de prescripciones y del gasto total.

   Otras asociaciónes demasiado prematuramente retiradas, que demuestra el poco conocimiento y la poca sensibilidad respecto al día a día de la consulta de que adolecen quienes toman estas decisiones, son algunos preparados tópicos dermatológicos. Quienes asi lo hicieron parecen ignorar lo dificil que es establecer un diagnóstico dermatológico, y por tanto aplicar un tratamiento eficaz, ante una lesión avanzada, artefactada y probablemente complicada con una infección a menudo polimicrobiana. ¡Ah Positón®, Cuatroderm®, Diprogenta®! ¡Cuantas biopsias innecesarias habreis contribuido a evitar!

   De los, en principio, 1200 fármacos que había previsto excluir, solo se llevó a cabo con la mitad debido a la fuerte reacción, ante la impopular medida, que se produjo en la población. No fue hasta 1998 cuando se concluyó el proyecto con lo que se consideró  "segundó medicamentazo" y, de nuevo, se dió la circunstancia de que algunos que no debieran haber pasado el filtro lo hicieron y viceversa —por ejemplo el polémico tema de la financiación de los anticonceptivos orales, actualmente de nuevo en el candelero.

   Hoy, bajo el mandato de la ministra Mato, nos encontramos ante una nueva criba en gran medida necesaria, pero que se sigue acompañando de medidas injustas  que, como siempre, afectan a los más necesitados; pongamos el ejemplo de los antitusigenos —solo indicados para neoplasia de pulmón con tos incontenible; es de risa—  Como otros medicamentos para el alivio sintomático, no curan, pero ¿por que considera el gobierno que el alivio de la tos no es cosa suya? —las toses que se jodan y se las paguen ellos— ¿Que pasa con el completo estado de bienestar? ¿A quien se le ocurriría no dar un antitusigeno en el curso de una tosferina? Una tos irritativa no aliviada pude provocar un sincope tusigeno; y tal vez una consiguiente fractura de cadera, un desprendimiento de retina, una crisis asmática, la reagudización de una EPOC, etc. ¿Es eso más barato? Además promueve la automedicación con el riesgo añadido, por desconocimiento del médico, de efectos secundarios, interacciones e incompatibilidaes sin aparente explicación que interfieren con el seguimiento del paciente.

   También debido a esto se han incrementado las prescripciones de los específicos de asociaciones con codeina, con lo que no se disminuye el gasto como cabía esperar y el paciente se medica para el simple alivio de la tos con un antitusigeno acompañado de un fármaco probablmente innecesario.

   La oposición al gobierno objetó que la industria farmaceutica subiría los precios de los medicamentos desfinanciados. El ministerio se comprometió a velar por que esto no sucediera; les ha faltado tiempo a los laboratorios para llevarlo a cabo y, así, un pensionista se puede encontrar un medicamento por el que antes no pagaba nada y ahora puede pasar de los diez euros.

   El "medicamentazo" actual, con la informatización del sistema, es más cicatero que los anteriores. Un día cualquiera vas a prescribir un fármaco, haces la correspondiente busqueda en el nomenclator, y ya no está en la lista con doble perplejidad para el médico y el paciente.

   Estoy convencido de que el Gobierno puede llevar a cabo estas medidas sin que necesariamente se acompañen de esa impresión de desprecio por el bienestar de los ciudadanos; y ahora vuelvo al tema de los ojos.

   Podriamos poner otros muchos ejemplos del despropósito, impopularidad y mala imagen que suponen estas medidas cuando, como es ya costumbre, no se consulta previamente al pueblo ni a los profesionales, pero durante estas últimas jornadas, a la vista de lo que estamos experimentando con la desfinanciación de los medicamentos, se me ha ocurrido un slogan alegoríco que creo que ilustra muy bien la actitud de esta Administración iconoclasta y rompemoldes: EL GOBIERNO DESPRECIA LOS OJOS DE ESPAÑA —esos ojos tan valorados, elogiados y cantados por el pueblo.

   Retiran despiadadamente las lagrimas artificiales —solo indicadas en el sindrome de Sjögren; que hasta cuesta escribirlo y pronunciarlo— ¿Que les costaba haber dejado solo unas, las más baratitas y haber ampliado las indicaciones a ojo rojo crónico idiopático o ectropión en el anciano, con ello evitariamos además tener que hacer uso y abuso de medicación potencialmente más peligrosa, cuales son los colirios y pomadas oftálmicas con asociación de antibiótico y corticoide.

   Y, por ultimo, dentro de la misma alegoría, están los "otros ojos"—los segundos en importancia que diría Woody Allen— que igualmente desprecia El Gobierno; ¿a que viene si no la desfinanciación de todos los laxantes, e igualmente los antidiarréicos, e incluso las dos pomadas antihemorroidales que aun se sostenían? —si quieren por el culo que se lo paguen ellos.

Alfredo Falcó Sales, 2013

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